27 sept 2023

A propósito del lanzamiento de Antonio Gramsci. Aproximaciones y (re)lecturas desde América Latina

Hace poco más de una semana fue lanzado Antonio Gramsci: aproximaciones y (re)lecturas desde América Latina en el Museo del Estallido Social[1]. Contamos con la participación del coordinador del libro, Hernán Ouviña, así como también con las apreciaciones de Verónica Huerta Forch de la Asamblea Empart[2] y Pancha Fernández Droguett, del Movimiento por el Agua y los Territorios[3] y la Escuela Campesina de Curaco de Vélez[4].



El libro, que corresponde a una edición mancomunada entre Editorial Quimantú, Muchos Mundos Ediciones[5] (Argentina) y Desde el Margen[6] (Ecuador), es en términos de Hernán, una introducción al pensamiento de Gramsci con cierta densidad conceptual, pero con vocación pedagógica y destinada a la formación política. Cuenta con numerosas ilustraciones y trece capítulos que, desde la diversidad autoral, temática y de enfoque, examinan la validez del autor sardo en tres fases de su mayúscula obra. Un primer momento que gira en torno al auge de masas, situado el denominado “bieno rojo”; un segundo de reflujo que registra los periplos de Gramsi en su período de autocrítica y replanteo acerca de un contexto donde ya no se vive un ascenso revolucionario, hasta su detención; y por último, un tercero que si bien se enmarca en la derrota dará luz a los célebres “Cuadernos de la cárcel” y no equivale a un pensamiento que reniegue de la necesidad de la ruptura ni del cuestionamiento al capitalismo como sistema.

Verónica destacó el aspecto gráfico presente en este trabajo, como también sus primeras lecturas del autor italiano para los debates de su época estudiantil, que coincidió con el período de renovación socialista y transición pactada en Chile. Estos usos y abusos de Gramsci como “teórico de los consensos” nuevamente resurgieron conforme la revuelta se debilitaba. Cerró con una cita de Josefina Torres, autora ecuatoriana presente en el libro: “Así, habitando desde los márgenes nos reconocemos los pueblos de nuestra América, del Abya Yala, de los sures subalternizados en pie de lucha, comprometidos en la construcción colectiva de “un mundo en el que quepan muchos mundos”, a veces con victorias, a veces con derrotas. Obstinados/as estamos en vivir la historia que queremos contar, y por ello Gramsci se vuelve más actual que nunca, no como recetario, no como dogma, sino como quien escucha al compañero que, desde su mirada crítica, nos permite enrumbar camino, fortalecer la voluntad y avanzar en el ser común de nuestra necesidad de liberación”

Pancha también leyó tempranamente a Gramsci a través de talleres de formación estudiantil. Allí el autor sardo demostraba una particularidad que llamó su atención: su condición de militante que conjugaba impresiones y análisis en la primera línea de los hechos. De igual manera, revisitó la revuelta y centró sus reflexiones en ámbitos como el Estado y la hegemonía, la autonomía y la nueva institucionalidad anticapitalista, la espontaneidad y el fascismo, que tan presentes están en el autor de los Quaderni.

Para Hernán la revuelta fue un parteaguas no solo en Chile, sino un hito que conmocionó a toda nuestra región. Él se encontraba en Chile al comienzo del estallido, y la proliferación de estas fuertes dinámicas asamblearias y espontáneas no fueron una cuestión azarosa.

Rememoró la crisis del 2001 en Argentina en donde hubo un interés en recuperar un Gramsci ya no derrotista, por lo cual se armó un seminario que, en paralelo a la militancia piquetera y a otras iniciativas gestadas desde abajo, sirvió de precedente para comenzar a indagar en el autor italiano y generar más espacios de formación y praxis, de estudio e investigación militante. Para ese entonces también aparecieron otras dos descomunales figuras: Rosa Luxemburgo y José Carlos Mariátegui. Tres intelectuales orgánicos con discapacidades y defectos múltiples, que coincidieron en una admirable actitud vital frente a escenarios difíciles donde no había garantía de triunfo, aunque tampoco inevitabilidad de la derrota. Algo no menor en autores cuyas obras nos sirven al momento de pensar la revolución en el presente, a nivel local y como proceso cotidiano, en una clave que Hernán caracterizó como “bifacética”: de impugnación del orden dominante y a la vez de autoafirmación de lo nuevo; en tanto crítica radical de todo lo existente y creación colectiva de la sociedad futura, aquí y ahora, desde la centralidad de lo comunitario.



La visita de Hernán también se enmarcó en la Feria del Libro Internacional de Recoleta y parte de la Escuela Latinoamericana de Formación Política Rosa Luxemburgo[7]. Como era de esperar, cuando coincidimos en algún espacio aprovechamos de conversar un poco ―principalmente sobre la actualidad chilena y argentina―, y tras su regreso a Buenos Aires nos compartió la siguiente reflexión:

Tuve la oportunidad de estar en una coyuntura muy significativa como fue de conmemoración de los 50 años del golpe. Algo que me llamó la atención y celebro es que la infinidad de actividades y eventos que se realizaron en simultáneo, no pusieron el foco exclusivamente en ese momento trágico del 11 de septiembre, sino también en el proceso previo signado por el triunfo de la Unidad Popular y en toda la experimentación social, política, educativa, económica y cultural que se vivió durante los 1000 días que duró el gobierno de Allende, que como sabemos excedió a una apuesta meramente gubernamental e incluso estatal, habilitando dinámicas de autoorganización de lo más variadas.

Exhumar aquellas iniciativas desde abajo y vinculadas con el poder popular, dotar de relevancia a las prácticas y repertorios de lucha en poblaciones, universidades y fábricas, dar cuenta y rescatar del olvido las lecturas y reflexiones que se hicieron al calor de los procesos de resistencia y de autoafirmación, en torno a los desafíos y dilemas de la transición al socialismo en aquel tiempo histórico excepcional y de enorme movilización, es algo clave para nuestro presente. Y por supuesto, también sopesar las limitaciones propias del proyecto encarnado en la Unidad Popular y balancear por qué el golpe triunfo y no tuvo casi resistencia organizada por parte del activismo y de las organizaciones de la izquierda.

Analizar de manera fraterna y autocrítica los motivos de ese “desarme” de la revolución, en términos no solo político-militares sino de un pensamiento estratégico que trascienda el coyunturalismo y la mirada puramente centrada en la disputa institucional, hoy resulta más necesario que nunca. Por otro lado, me causó mucha bronca la repudiable la actitud del presidente Gabriel Boric, quien por esos días no tuvo mejor idea que reunirse con Sebastián Piñera y calificarlo como un “demócrata”. Es una afrenta a todas y todos los asesinados, encarcelados, torturados y violentados durante la revuelta. No solo el actual gobierno no ha dinamizado la liberación de los presos políticos, sino que incluso mantiene militarizado el Wallmapu y asume una parte importante de la agenda más conservadora como propia, lo que pavimenta el terreno para el crecimiento de una extrema derecha que ha tomado ya desde hace un tiempo la iniciativa política.

Creo que estamos ante un escenario de inestabilidad hegemónica y de crisis, tanto en Chile como en Argentina, donde se evidencia el fracaso de gobiernos que solo muy tenuemente podemos caracterizar como “progresistas”, ya que han terminado emulando las lógicas más perversas de continuidad y reactualización del neoliberalismo, lo que refuerza un sentido de frustración, malestar y descontento en una parte importante de la población, que es capitalizado por sectores ultraderechistas.

Frente a este contexto tan complejo, revisitar a Gramsci y a sus conceptos nos parece imprescindible, siempre y cuando ejercitemos lo que él solía denominar “traducibilidad de lenguajes”, es decir, resignificar y actualizar sus propuestas a partir de los desafíos y dilemas de nuestra realidad. Más que aplicarlo, es preciso aclimatarlo, hacerlo dialogar con las luchas y territorios que habitamos. Necesitamos un Gramsci piquetero, poblador, asambleario, anticapitalista, antipatriarcal y antiracista, no sectario ni posibilista, que articule campo y ciudad, el poder popular y el autogobierno en cada barrio o ámbito local, con la disputa contracultural y pedagógica a gran escala, que apunte a construir una nueva subjetividad emancipatoria en base al buen vivir y a la autodefensa de la vida en todas sus formas. En este sentido, creo que reinstalar el debate en torno a la necesidad del socialismo como horizonte también es urgente en Abya Yala. Eso sí: será un socialismo en el que quepan muchos socialismos.

Por Ignacio Andrés
Codigua, Melipilla, 17 de septiembre de 2023


24 ago 2023

Una nueva antología zapatista de sur a sur

Este sábado 19 de agosto fue presentado en el Museo del Estallido Social el libro “Zapatismo para el sur del mundo. Antología de textos zapatistas”. Contamos con la música de Nico Chincola y la performance de Samuel Ibarra. La presentación en su conjunto fue transmitida por Radio Plaza de la Dignidad Oficial[1].

La presentación contó con la participación de Moro Maxwell e Irma Senn (compiladores del libro), Gabriela Jiménez y Franco Ripetti por Editorial Quimantú y Gabriela Omori desde el Museo del Estallido Social. 


Esta última comenzó destacando por entre otros aspectos, la forma del libro, que se apoya en la tradición oral, de tratamiento sencillo ―que recurre al humor y la paradoja―, a pesar de las temáticas complejas que aborda. Revisó un fragmento que aborda el vínculo entre las comunidades y el movimiento zapatista con la sociedad civil, que le transportó al Chile de la revuelta, de la cual el Museo[2] funge como repositorio pero que también, como lo demuestra el propio lanzamiento, apuesta como un espacio de encuentro y memoria activa[3].

Moro se refirió a cómo la publicación se vio dilatada por diversas circunstancias, pasando de ser una contribución para una revuelta todavía vigente a un insumo para una coyuntura compleja, que funde la gestión de un gobierno socialdemócrata (que intervino como dique de contención para el propio estallido) y la conmemoración de la cincuentena del golpe de Estado. Se refirió además a algunos hitos de la lucha zapatista, como lo fueron los acuerdos de San Andrés[4] y que pudo conocer en primera persona.

Para Irma uno de los objetivos del libro es reconocer cómo el movimiento no se limita al EZLN, y conocer las múltiples y sólidas experiencias de las orgánicas indígenas y civiles, rurales y urbanas ―cuyas redes hace tiempo ya cruzaron México― que lo componen, y de las que el EZLN sirve de retaguardia. Lectura parcelada que también se da a nivel local, cuando se revisa al estallido social como un hito concentrado en el centro de la capital o lugares simbólicos en el país, invisibilizándose así las asambleas territoriales, redes de abastecimiento y otras dinámicas que aún siguen vigentes en diversos territorios.

Gabriela se remitió principalmente a su experiencia en los encuentros de mujeres y los desafíos que supone aplicar las dinámicas allí discutidas en los espacios urbanos neoliberales. Por último, Franco destacó cómo el zapatismo logra concentrar las demandas que la gran mayoría de movimientos antisistémicos, desde abajo y a la izquierda reivindica y busca materializar. Demandas presentes en siete principios: obedecer y no mandar, representar y no suplantar, bajar y no subir, servir y no servirse, convencer y no vencer, construir y no destruir, proponer y no imponer. 


También se hizo mención a la larga huelga de hambre, que por más de 100 días, sostienen los Presos Políticos Mapuche en la Cárcel de Angol[5], la cual se tornó en Huelga Seca hace unos días atrás. Se hace necesaria la contextualización de las luchas indígenas a lo largo del continente, las cuales se multiplicaron durante la década del 90, y de la cual en nuestro territorio las comunidades Mapuche en resistencia son parte de dicho proceso. La Huelga apunta a la aplicación del Convenio 169 de la OIT y el fin de la dispersión de los prisioneros políticos Mapuche, quienes fueron trasladados a diversas cárceles, luego del montaje sobre una supuesta agresión a gendarmería hace unos meses atrás.

Tras la presentación se abrieron las palabras al público asistente, las que se distinguieron por no limitarse a solo realizar preguntas a la mesa, sino que también por comentar y responder sobre la base de la experiencia de otros encuentros con el zapatismo y la praxis popular local.

Junto a esta publicación, la Editorial Quimantú suma otro libro concerniente a la lucha zapatista. Entre las publicaciones previas encontramos EZLN. Abajo y a la izquierda (2008)[6], Cruzando fronteras. Mujeres indígenas y feminismos desde abajo y a la izquierda (2017)[7] de Sylvia Marcos y La tierna furia. Nuevos ensayos sobre el neozapatismo mexicano (2019)[8] de Carlos Aguirre Rojas, por citar tan solo algunos. Además de abordar el proceso en varios otros títulos que revisan los movimientos sociales contemporáneos, siempre desde una mirada que acompaña a las y los protagonistas en su propia historia. Es por ello que ―y considerando que el libro fue lanzado en el Museo del Estallido Social― recomendamos la mirada colectiva presente en 18 de Octubre: primer borrador. Reflexiones desde abajo para pensar nuestro mañana[9], el cual se encuentra liberado.

A través de más de doscientas páginas, en Zapatismo para el sur del mundo revisamos la genealogía zapatista a través de su pluma, sus metáforas y dilemas que nos invitan a reflexionar. Los antecedentes del movimiento, la fundación y especial evolución que transcurre en el seno del EZLN. Diversos análisis de coyuntura, estudios de Economía Política, la Ley Revolucionaria de Mujeres, la cuestión electoral, la hidra capitalista y como no, la gira que iniciaron hace tan solo unos años y que les ha llevado por diversos centros y rincones del mundo. Todo esto desde la praxis de un movimiento que surgido hace algunas décadas atrás en el sureste mexicano no deja de reinventarse, que no se ensimisma y cuyo ancho alcance bien puede llegar a abrir nuevos surcos ―o ayudar a ensancharlos― aquí, en la Latinoamérica más meridional.

Puedes ver la transmisión de la presentación aquí: https://www.facebook.com/radioplazadeladignidadoficial/videos/1709329789535928
 

Por Ignacio Andrés
San Bernardo, Santiago de Chile, 22 de agosto de 2023

9 ago 2023

Librándonos del olvido trenzamos memoria y porvenir

A mediados de junio fue realizado el Yo me Libro del Olvido en el Espacio Recuperado Trenza La Río, ubicado en la Población Juan Antonio Ríos (JAR), Independencia. La feria, en su 22ª edición, se enmarcó en la denominada “conmemoración de los mil días de creación y 50 años de resistencias a la contrarrevolución capitalista”, caracterización otorgada por las diversas organizaciones sociales y editoriales que levantaron la jornada, las mismas que manifestaron como fundamental el resaltar “las memorias de luchas de nuestros territorios, las cuales buscaban transformar radicalmente la sociedad, haciéndole frente al olvido, a la memoria institucionalizada y mercantilizada”. 
 

El Espacio Recuperado Trenza la Rio alberga diversas organizaciones que surgieron luego de la revuelta popular de 2019. Tras varios años de funcionamiento en la calle, las organizaciones agrupadas en la Trenza decidieron luchar por un espacio. Para ello se realizó en septiembre del año pasado una toma de un abandonado colegio en propiedad del municipio. Luego de varios meses de lucha y negociaciones con el municipio, éste le otorgó una sede en el corazón de la JAR a las organizaciones de la Trenza.

Entre las orgánicas nucleadas en torno a La Trenza encontramos en el Yo me Libro al Preuniversitario Popular Yoshua Osorio, que busca reforzar a quienes rendirán la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES). Toma su nombre de Yoshua, joven renquino oriundo de la JAR que estudió en un Liceo de la Juan Antonio Rios y que fue hallado muerto en la bodega Kayser el 2019 al comienzo de la revuelta[1].

Por otro lado, también estuvo presente el Almacén Popular Rosa Elena Morales, toma su nombre de la antigua dirigenta vecinal, que durante la Unidad Popular fue encargada de la Junta de Abastecimiento y Precio de la JAR y luego asesinada por la dictadura. Queriendo rescatar la experiencia de la gestión popular del abastecimiento con alimentos, el Almacén Popular realiza compras por mayor para revender a un precio popular los alimentos de consumo diario, para así dar un suspiro a la inflación de los precios y enfrentar de manera autogestionada la colusión de las grandes cadenas de supermercados.

Asimismo, contamos con la participación del Grupo de Apoyo Justicia para Cindy Estrada. Mujer oriunda de Independencia, que fue asesinada el año 2021. Todos los indicios indican que su pareja, un funcionario de la PDI, fue el femicida. Sin embargo, la fiscalía sostiene que ella se habría suicidada con el arma institucional de su ex pareja, por lo que el Grupo de Apoyo lucha hasta el día de hoy por tener justicia para Cindy Estrada. 


Entre los lanzamientos encontramos “Zapatismo para el sur del mundo” de Editorial Quimantú, una antología que versa sobre la vigencia del movimiento nucleado en torno al EZLN, organización que resiste e irradia sus experiencias desde el sureste mexicano a diversos movimientos sociales del mundo; “Escenas Perdidas”[2] una investigación que aborda la experiencia del Departamento de Cine y Television de la Central Única de Trabajadores y los balnearios populares de la Unidad Popular así como el segundo número de la revista “Maleza Desértica”[3].

Por lo que se refiere a conversatorios hallamos “Resistencia popular en dictadura y/o 50 años de resistencia en la JAR”, “Luchas contra el extractivismo y falsas ilusiones” y “Contexto represivo: Ley Nain Retamal y ley anti tomas”[4]. Entre los talleres llevados a cabo encontramos uno de autodefensa, de lecturas contra el olvido, telar de redes, escritura autobiográfica, reparación y memorias, otro sobre poder político, emociones y herbolario y por último uno de fanzine y collage.

También se contó con una muestra fotográfica sobre la Población a cargo del proyecto Memorias de la Rio[5], que rescata las memorias y experiencias de los y las pobladoras. Esto considerando que el día del Yo me Libro coincidió con la fecha del aniversario de la JAR (15 de julio de 1946), conmemorándose así 77 años de la fundación de uno de los conjuntos habitacionales más más avanzados para la época, cuna de destacados deportistas nacionales como Francisco “Chamaco” Valdés y un importante sostén de organización durante la Unidad Popular y resistencia durante la dictadura, como lo demostró la antes mencionada Rosa Elena Morales y luego Carlos Godoy Echegoyen[6], por mencionar solo algunos nombres.

Cabe señalar que a pocos días de realizada la actividad, y bajo el amparo de la funesta Ley Nain, un carabinero de civil asesinó a dos jóvenes pobladores de la JAR (uno de ellos estudiante del Preuniversitario Popular Yoshua Osorio) en un supuesto acto de autodefensa. Al respecto adjuntamos la declaración de organizaciones territoriales de la JAR: https://www.instagram.com/p/Cu-ji6quNXr/?img_index=1

Bajo el título de Yo me Libro desde hace ya varios años se congregan no solo editoriales, sino que como observamos, también organizaciones sociales de diversa índole que coinciden en su lucha por una mejor sociedad. Es un espacio abierto y levantado a pulso cuyas metas más importantes suelen estar implícitas, puesto que esta jornada ―que suele suponer un proceso de amplias discusiones y diversos preparativos― funge por entre otras cosa, de excusa para el encuentro e intercambio de experiencias y procesos de organización. Esto, aunque nos cueste asumirlo, presupone una gran tarea: el mantener la comunicación y la praxis conjunta, no soltar los vínculos de afectos y política, cual delicada y firme trenza. 


Por Malte Seiwerth e Ignacio Andrés,
Santiago de Chile, 5 de agosto de 2023

Notas


[1] A un año del incendio en la bodega Kayser: Familia de Yoshua Osorio mantiene dudas sobre causa de su muerte: https://www.eldesconcierto.cl/nacional/2020/10/17/familia-de-yoshua-osorio-mantiene-dudas-sobre-causa-de-su-muerte.html

[2] Escenas perdidas. Una historia del Departamento de Cine y Television de la Central Única de Trabajadores, CUT (1970-1973): https://www.quimantu.cl/libro/escenas-perdidas/

[3] Revista Anticolonial “Maleza Desértica”. Ensayos, entrevistas, cómics, memorias y más…: https://www.instagram.com/malezadesertica/


[5] "Memorias de la Río": Reconstruir la historia de una población obrera al norte del Mapocho: https://resumen.cl/articulos/memorias-de-la-rio-reconstruir-la-historia-de-una-poblacion-obrera-al-norte-del-mapocho

[6] Carlos Gabriel Godoy Echegoyen fue miembro de una gran familia de socialistas avecindados en la JAR, actual comuna de Independencia, quienes se exiliaron a Cuba tras el Golpe de Estado. Se encontraba en Quintero (Región de Valparaíso) junto a otros jóvenes militantes del PS cuando fueron detenidos por funcionarios de Carabineros de la Comisaría de esa localidad, siendo acusados de formar parte de una escuela de guerrillas. Los jóvenes fueron interrogados y torturados y a consecuencia de ello Carlos fallece un 22 de febrero de 1985, sin que los agentes del Estado lograran extraerle información, como han destacado algunos compañeros sobrevivientes en jornadas conmemorativas: https://contrahegemoniaweb.com.ar/2020/03/06/chile-un-grito-que-exhorta-al-futuro/