8 dic 2022

Sin miedo recuperaremos nuestra soberanía alimentaria

El sábado 3 de diciembre tuvo lugar el 4° Carnaval Caminando Juntxs Sin Miedo en El Bosque. El encuentro, que contó con pasacalle, feria artesanal y de oficios, además de diversas presentaciones artísticas, tuvo como eje caracterizador la soberanía alimentaria. El presente artículo reseñará brevemente parte de la jornada. Adjuntamos también el fanzine que se entregó durante misma.

Imagen: Radio Trapananda
Imagen: Radio Trapananda

Antonia, parte de la organización comunitaria Caminando Juntxs Sin Miedo (@caminando_juntxs_sm), tras dar la bienvenida señaló: «La temática que queremos compartir hoy con ustedes es un tema que nos afecta a todos y todas por igual, nuestra alimentación, se han preguntado ¿Cuánto nos cuesta comer hoy en día? ¿Será seguro lo que comemos y les damos de comer a las y los que más queremos? ¿Cómo podemos cuidarnos y exigir nuestro derecho a una alimentación segura, libre y soberana?

Este día nos acompañarán 3 espíritus el espíritu del “agua”, el espíritu de la “tierra” y el espíritu del “sol” quienes nos ayudarán a través de su energía a motivarnos en buscar las respuestas para entender la importancia de tener una soberanía alimentaria, además nos regalarán la esperanza de seguir floreciendo a través del arte, la cultura y la organización, cada flor representa nuestra unión, ya que juntos y juntas podemos seguir avanzando en la recuperación de nuestros derechos como vecinos y vecinas y compartir la belleza de una primavera llena de colores , esperanza y organización.»

Imagen: Radio Trapananda

Estos espíritus se materializaron en figurines que recorrieron el pasacalle junto a la Murga Manifiesto (@murgamanifiesto) desde la comuna de Puente Alto, la Murga Peras del olmo (@murgaperasdelolmo) y Chiquitinkus. La última es una agrupación de danza andina tinku que data del 2016, originaria de la Población La Bandera (comuna de San Ramón) y conformada por personas desde los cinco años. Opera como taller gratuito y autogestionado, se organiza de forma autónoma y se enfoca en actividades poblacionales y periféricas.

En la música nos acompañó el rap de Just y Bent (ambos de doce años) y de Daimon (@daimonklaroskuro), profesor de Historia y Ciencias sociales quien nos mostró parte de su disco “Identidad” (2021), la banda tributo a Red Hot Chili Peppers, These are the peppers y las canciones del recuerdo del vecino Salvador. También el rock de Cre Cre (@crecrebanda), quienes se encuentran trabajando en su álbum “Bandada”. Desde la comuna de San Bernardo apreciamos el folclor latinoamericano de LJ Loh Juimos (@elejota.musica) y por último el rap fusión ya con diez años de experiencia de Kiñe Rakizuam (@kine_rakizuam).

Tuvimos también la posibilidad de ver la obra “El agua en shock” de la Compañía de Teatro Aguja (@teatro.aguja), acorde no solo al carácter de la actividad sino que a la cada vez más grave situación de nuestro país y el planeta. Cabe destacar además la participación de la Biblioteca Popular Leyendo Juntxs (@bibliopopular_leyendojuntxs) y a cargo del registro fotográfico, de Radio Trapananda (@radio_trapananda).

Imagen: Radio Trapananda

Los anteriores carnavales también abordaron una temática contingente. El primero, realizado el 2019, abordó la revuelta y su figurín central fue el Perro Matapacos. El segundo versó sobre las ollas comunes y el figurín fue una olla de porotos con riendas gigante transportado por el barrio. El tercero trató la recuperación de la memoria barrial. Contó con entrevistas a la comunidad y su pasacalle relató la historia local a partir de una línea de tiempo con estaciones que abarcaron desde la colonia hasta el presente a través de dos personajes: una loica y la abuela árbol.

La agrupación Caminado Juntxs sin Miedo surge el 2019 en plena revuelta como una respuesta “a la manipulación de los medios de comunicación tradicionales, donde nos bombardean constantemente con sensaciones de miedo, inestabilidad económica y caos social, Caminar Juntxs Sin Miedo, es volver a recuperar la confianza, el diálogo y la esperanza de fortalecer la organización barrial, pilares fundamentales de toda sociedad”, indica Antonia. Y añade: “El carnaval es una herramienta que, sumada a distintas expresiones artísticas, nos ayuda a transmitir un mensaje o visibilizar una problemática que nos afecta a todos y todas”.

Imagen: Radio Trapananda


Fanzine de Soberanía Alimentaria vía Caminando Juntxs Sin Miedo

Por Ignacio Andrés
San Bernardo, Santiago de Chile, 8 de diciembre de 2022

27 sept 2022

Literaturalizando la realidad

El viernes 23 de septiembre parte del colectivo editorial Espejo Somos sostuvo una tertulia a propósito del libro “Detectives Incómodos” Ana Claudia Molinari, recientemente publicado. La jornada contó con la participación de la autora, Denise (editora), Leslie (traductora) e Ignacio (ilustrador) —­­quien escribe— y se puede ver en la plataforma Youtube[1].

Imagen recuperada de https://www.jornada.com.mx/2022/07/20/cultura/a06n1cul


El diálogo comenzó con Leslie refiriéndose a la metaficción presente en el libro. Esta es una herramienta narrativa que surgió en la posmodernidad, la cual nos muestra la ficción intencional y sistemáticamente con el objeto de cuestionarla. Cita algunas obras metaficcionales tales como Orlando (1928) de Virginia Woolf, El libro vacío (1958) de Josefina Vicens, La insoportable levedad del ser (1984) de Milan Kundera y Del amor y otros demonios (1994) de Gabriel García Márquez.

Destacó además cómo la obra explora el canon literario latinoamericano desde una perspectiva no solo femenina, sino que personal e íntima, satirizando, por cierto, el lugar de la mujer en la literatura. Asimismo, aludió al enamoramiento presente en algunos diálogos. Y es que para Ana, la creación escritural es un acto similar al de estar enamorado, a sentir que somos parte de algo que trasciende nuestra individualidad, que entabla una relación que difícilmente puede sobrevivir sin la pasión y el diálogo, en este caso, con los autores.

A su vez es una alegoría al mundo de la literatura en tanto enredo amoroso. Esto sin obviar que la otra cara de este aspecto caótico es el de la entrega: el compromiso con el oficio no solo como una forma de goce o evasión banal sino que como un modo de vivir la vida, interactuando con la sociedad y sus transformaciones.

Leslie también delata como en el aspecto formal nos encontramos con una obra cuyo estilo que juega con los géneros. Podemos hallar algo de ensayo, cuento, crítica o epistolar. Para Ana se trata de un texto transgénero que gira en torno a la pregunta vital del cómo ser escritora. ¿Acaso basta con desearlo? ¿Es solo cuestión de trabajar con esmero? Es algo que les pregunta a cada uno de los autores gigantes que comparecen en este libro y que para su suerte, le responden a su modo. 

La autora afirma también que, en línea gruesa, quien escribe extrae la materia prima de la realidad, ofreciendo como producto manufacturado un mundo paralelo destinado al lector. Es un ejercicio que permite sobrevivir la realidad, hacerla coherente. Pero son creadores como José Revueltas —de quien encontramos una carta dedicada a su nombre en el libro— se encargan de traer el cable a tierra para quienes crean que la operación antes mencionada es simple. Revueltas —señala Ana— siempre escribió sobre la realidad, a saber, la realidad mexicana, su devenir revolucionario o posrevolucionario. Lo hizo como crítico mordaz en obras del calibre de El luto humano (1943) donde devela como la revolución mexicana nace muerta y que el pueblo mexicano sin saberlo, pareciera también no dar señales de vida.

Luego, junto a la mirada crítica está la apuesta transformadora. Dado que, del mismo modo que lo hizo el también autor de Los errores (1964), la autora y Ediciones del Espejo Somos apuestan por transformar la sociedad. En el caso del último, sosteniendo el fomento de la lectoescritura comunitaria (buscando deshacerse tanto de la división entre lectores y escritores como de hacerlo en colectivo), en diálogo y cooperación con los movimientos sociales de abajo y la izquierda y apostando por formas alternativas de edición, publicación y promoción. Espejo Somos ya asumió su espíritu inquieto que lo llevó a la autopublicación sincera y espera que el esfuerzo voluntario, colectivo y decidido se siga propagando.

Detectives incómodos se encuentra disponible en formato físico en Ciudad de México en librerías Volcana (Santa María la Ribera), Utópicas en Coyoacán y también Amoxtli en la Colonia Escandón. Puede ser descargado en su versión digital de forma gratuita en la web de Quimantú https://www.quimantu.cl/noticia/detectives-incomodos/. Para consultas sobre este y otros títulos se puede escribir directamente a la editorial: zonaderebeldes@gmail.com

Imagen cortesía de Ediciones del Espejo Somos. Se puede encontrar más
información sobre la editorial en  https://edicionesdelespejosomos.org/ 

Por Ignacio Andrés

San Bernardo, Santiago de Chile, 26 de septiembre de 2022



[1] Tertulia: Detectives Incómodos de Ana Claudia Molinari: https://www.youtube.com/watch?v=b9vKtYFbvdY&ab_channel=EdicionesdelEspejoSomos

30 may 2022

Lanzamiento: La Bandera en 100 palabras

El sábado 28 de mayo, en el marco del día del patrimonio cultural, se realizó el lanzamiento de “La Bandera en 100 palabras” en las afueras del Teatro Musical Hernán Fuentes, ubicado en la Población La Bandera. 

Imagen 1. "Mi capitán valeroso" ilustrado por Johane Bravo

El librillo es una publicación que recopila escritos de las y los pobladores de La Bandera que participaron de un concurso literario organizado por el colectivo Memorias Populares La Bandera el segundo semestre del 2021 y que es acompañado de ilustraciones en diverso formato, una para cada texto en cuestión.

El libro fue presentado por el colectivo antes mencionado, y contó con la participación de Gastón, su editor y diagramador, quien al referirse al proceso de elaboración de obra destacó como se buscó mantener el texto original en su estado más puro. Todo parte de un trabajo realizado a pulso y que debió ser pospuesto más de una vez, pero que, a fin de cuentas, supuso todo un privilegio al involucrarlo de cerca con textos e imágenes concernientes a la Población, señaló.

También intervino Edgardo, autor de “La última minga La Bandera” (merecedor del tercer lugar del certamen literario), en donde buscó registrar parte de los albores banderinos, los que, según relató, se han ido perdiendo ante un vacío de memoria a causa del recambio generacional y la llegada de nuevos residentes desprendidos de la identidad histórica del territorio.

En La Bandera en 100 palabras nos encontramos con diversos relatos que retratan el cotidiano de la Población, exponiendo en breve y con aparente sencillez las violencias, ternuras, sucesos peculiares, procesos de larga data o que en el presente hallan ecos en la ciudad o en todo Chile —como es el caso de la revuelta de Octubre¬—, y que en definitiva, conforman lo que es hoy La Bandera. De estos, Anastasia, parte del colectivo, leyó “Bala loca”, primer lugar del concurso popular.

En palabras de sus editores “este trabajo recopila y proyecta una facción invisibilizada en las Poblaciones a consecuencia del ilógico elitismo literario, las palabras que le pertenecen a todas y todos, mas no son de nadie, aquel que escribe evoca y evocar siempre va de la mano con recordar, y recordar es un lindo ejercicio para la memoria, en este caso, para la memoria popular”. Los mismos aseguraron que buscaran continuar esta iniciativa. Pues en sus propias palabras, es una forma de mantener la Población activa y hacerla memoria viva, permitiéndonos darle sentido al presente y desde ahí trazar un camino para construir colectivamente el futuro.

El libro en su versión íntegra puede descargarse aquí



Por Ignacio Andrés
San Bernardo, Santiago de Chile, 29 de mayo de 2022

19 ene 2022

Borradores y trazos de la revuelta

Hace algunas semanas se presentó "18 de Octubre: Primer Borrador" de Editorial Quimantú en La Victoria, en el marco del Festival de Arte Militante y Memoria Popular "Alicia Cáceres" y una semana más tarde en La Bandera, para el 52° aniversario de la toma y campamento 26 de enero. El presente artículo busca resumir parte de lo expuesto en ambas jornadas.

Imagen 1. Presentación en La Victoria.

“Este libro no es un sesudo análisis de las organizaciones de izquierda sobre la Revuelta, todo lo contrario, es ese grito atascado en la garganta que sale en varios tonos, sin medir el volumen ni dando orden lógico a las ideas, Aquí hay de todo, opinines rescatadas desde las asambleas o de organizaciones, individualidades militantes, análisis más pensados, desde la academia y desde el común que nos rodea, haciendo el abanico variopinto que se ha vuelto esencial en esta Revuelta, en que todo es disperso y homogéneo a la vez, oxímorones que dan sentido a la crisis/oportunidad que nos ha tocado experimentar.”

Lo anterior es parte de lo que se cuenta al comienzo del libro, en donde además se recuerda que el comienzo de la revuelta encontró a la editorial en la calle, cuando se estaba lanzando “Rosa Luxemburgo y la reinvención de la política” junto a Hernán Ouviña, el autor y compañero argentino con quien se presentó aquel libro en el bandejón, “para no perdernos lo que estaba pasando en la calle, mientras la recuperación de un supermercado y los montones de personas yendo hacia Plaza Italia nos servían de telón de fondo… sin duda uno de los momentos más emocionantes que ha vivido esta editorial”. Con él se conversaría más tarde sobre la urgencia de escribir sobre este proceso, pero desde ya, vislumbrando la necesidad de hacerlo sin académicos o think tanks, intelectuales pseudorevolucionarios o pensadores deudores de instituciones en bancarrota moral.

Dicho de otro modo, como señaló Ramos al comienzo de la presentación en La Victoria, con el desafío de escribir en colectivo y con quienes construyen recientemente, o lo hacen desde hace algunas décadas, en las calles y desde abajo y a la izquierda. Un arduo trabajo que demandó contactar a organizaciones que tuvieran organización territorial, desde distintas reivindicaciones, espacios de lucha y regiones y que formula la una nueva teorización, una praxis popular cotidiana y de carácter ensayístico, y por ello, una apuesta para nada exenta de errores que exige ser corregida por nuestras compañeras y compañeras. Ramos también destacó además la posibilidad de haber conocido presencialmente a la compañera Alicia[1], quien nos dejó físicamente hace tan solo unos años. En esta jornada también contamos con la participación de Camila Araya (TejeR), Javiera Campos (Comité de defensa del pueblo Hermanos Vergara Toledo) y Mario Sobarzo de Editorial Quimantú.

Camila concibió el libro como un ejercicio para dejar manifiestas nuestras experiencias sobre la revuelta, la que no les pilló juntos pero terminó siendo la causa que permitió articular TejeR. Colectivo que observó con alegría el proceso, pero del mismo modo con resquemor como se iba canalizando, tal como aconteció con el “Acuerdo por la paz social y la nueva constitución”[2], con el que además de marginar las iniciativas y esfuerzos por parte del pueblo, se demostró la incapacidad del mismo para disputar el poder.

Para ella una de las tareas principales en la actualidad es reconocer las experiencias independientes (pasadas y vigentes), seguir pensando en la nueva sociedad que queremos, cuestión que pareciese haberse desdibujado. La lucha de clases está abierta y el gobierno de Gabriel Boric, “una suerte de Concertación 3.0”, podría significar un tráfico reflujo si las organizaciones populares no son capaces de reposicionar su iniciativa.

Por último, se refirió a las Concejalías Populares, espacios de visibilidad y acción desde las pequeñas cuotas de poder que entrega la institucionalidad en donde se colabora desde TejeR, algo que reconoce, no se podría haber logrado sin la fuerza social originada en la revuelta.

Para Javiera la crisis institucional en Chile es una realidad que no existe solo a partir de la revuelta y tampoco muestra signos de que pueda agotarse pronto, a pesar de los intentos de la socialdemocracia de cooptar la movilización popular para encauzarla en una salida institucional.

Son al menos cinco décadas de mal gobierno, de persecución, de imposición y profundización de la política neoliberal que están lejos de ser una cuestión abstracta pues posee diversas expresiones concretas en nuestro cotidiano. Toda una olla a presión, que al explotar nos permitió darnos cuenta de que ya no nos encontrábamos tan solos. O quizá, agrega Javiera, puede que antes de la revuelta no habían espacios en donde encontramos, reconocernos y compartir nuestros dolores, por fuera de las organizaciones de izquierda y sus viciadas dinámicas, muchas de las cuales hoy reconocemos caducas.

Imagen 2. Presentación en La Bandera.

Sobarzo comenzó preguntándose si Chile realmente cambió, como indica el sonado lema. Puede que creamos que no, si observamos como la represión, desigualdad e impunidad se mantiene dentro de los aparatos del Estado. Pero, esto cambia si notamos que cada vez somos más y en muchos casos, además, pensamos y nos relacionamos de manera distinta en aquellos espacios de confluencia para las izquierdas en donde de manera previa a la revuelta el desencuentro era una constante.

Cabe recalcar que el Estado es siempre enemigo, no se puede cambiar para el servicio de las clases populares. Es un aparato de dominio sobre la clase que no está en el poder. Quizá uno de los ejemplos más reconocidos es el de la URSS, en donde durante la revolución el Estado asumió nuevas formas pero mantuvo su rol esencial. La posibilidad de organizar la vida social del pueblo se vio cada vez más limitada por una nueva clase burocrática. En la relación capital – trabajo, el Estado se pone en contradicción con el trabajo, pues necesita establecer mecanismos para controlar a los/as productores/as en desmedro de la burguesía, cuya riqueza no es más que trabajo muerto acumulado, inmensa cantidad de horas de esfuerzo cristalizadas en valor monetario. Éste es uno de los problemas centrales de esta función del Estado: su rol es inherente a la dominación para la producción al establecer las normativas, las instituciones, las actividades que regulan la vida social y productiva, volviéndola vida enajenada, vida al mero servicio del capital, excedente innecesario cuando ya no es capaz de avanzar al ritmo de la moledora de carne.

Algunas décadas antes de la Revolución Soviética, la Comuna de París nos demostró que el Estado es siempre un enemigo. Pues, el aparato existe para perseguir a los que luchan, con leyes e instituciones que por atrás sostienen una ideología y moralidad a las que nos enfrentamos por el mero hecho de ser quienes somos, pues aun cuando nos integremos a éste saben que existiremos a contrapelo de sus formas de subjetivación.

Para esta problemática sobre el reemplazo del Estado en las luchas revolucionarias tenemos donde mirar. Nunca más podemos tener liderazgos no revocables, no podemos caer en el culto a la personalidad ni crear aparatos de Estado que reemplacen al mundo organizado. Es el mundo social el que debe organizarse, ninguna institución puede reemplazar a la sociedad empoderada en todas las funciones centrales de Gobierno.

Este libro, señala Sobarzo, pretende hacer un llamado de atención al respecto, puesto que la mayoría de los libros sobre la revuelta fueron hechos desde arriba, por intelectuales y gurúes que no conocen social ni territorialmente del proceso, cuyas dinámicas vigentes (como lo es la expansión de la conciencia de clase) son problemáticas para un gobierno que todavía no asume pero cuyo carácter es predecible: por más progresista que se plantee no dejará ser parte de un élite que buscará mantener a como dé lugar sus privilegios.

En la jornada en La Bandera, donde igualmente participó Mario, planteó que el proceso actual tiene ciertas semejanzas con el proceso revolucionario ruso de 1905, entre cuyas causas encontramos una institucionalidad incoherente con el paradigma republicano de la época, un ejército nepotista y corrupto y una policía considerablemente represiva, y ante lo cual el zar respondió con reformas cosméticas en el plano militar, político, económico y social, pero sin alterar las estructuras que se encontraban en crisis con la modernización productiva que Rusia estaba viviendo. Lo anterior toma relación con nuestra realidad cuando observamos la tibia apuesta del gobierno, y en particular, su estrecha relación con la casta política concertacionista de la que se supone, nos habíamos deshecho.

Para Sobarzo hay al menos cuatro ejes centrales para una transformación social. Una fuerza social consolidada que plantee una agenda política propia, una nueva relación con las fuerzas de producción y consecuentemente, con la naturaleza, una nueva forma de organización política y un rol concreto dentro de la aldea global. Estas son las grandes interrogantes que los eventos acaecidos desde el 18 de octubre aún no evidencian, pues el proceso todavía está en evolución, en la medida que las respuestas, al igual que en Rusia en 1905, no pueden venir del viejo sistema que se cae por las contradicciones morales entre sus fundamentos y la verdadera operatoria que lo regula.

En esta instancia también compartimos nuevamente con Mario Ramos, quien moderó una mesa conformada por Francisca Fernández Droguett (Movimiento por el Agua y los Territorios), Roberto Lazo (Población Boca Sur), Antonia Roland (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarixs) y Patricio Bascuñán (Editorial Anagénesis).

La primera comenzó asumiendo algunos desafíos pendientes de la revuelta. Por un lado el cómo habitamos los disensos en la toma de decisiones. Por otro, la disputa de la temporalidad, es decir, las diferencias en el tiempo que supone un auténtico ejercicio democrático a los pueblos originarios, cuyas formas de realización también se apartan en muchos casos de las de la institucionalidad chilena. A esto se suma que varias de sus demandas y reivindicaciones no dependen de una nueva Constitución. Sabido es que aunque el Estado modifique su carta magna puede perfectamente mantener su matriz extractivista y monocultural. Y es que la revuelta hizo cuerpo a diversos malestares, pero mantiene el posicionamiento de las problemáticas rurales como deuda.

Roberto partió contándonos de su Población, la que surge en la ciudad de Concepción a partir de una radicación forzada en dictadura. “Construyendo población” cuenta esto y realiza un balance del presente en la comunidad, a partir de testimonios de las propias vecinas y vecinos —siendo la publicación de este libro lo que les acerca a la Editorial Quimantú, un ejercicio de memoria necesario y complementario para la comunidad, que nos demuestra que la organización comunitaria y popular no es contingente. La revuelta no tardó en alcanzar el territorio, permitiéndoles mantener los barrios sin narcotráfico por al menos un tiempo. Por ahora permanece en forma de comedor popular.

La última elección supuso varios conflictos para la Población, en particular para sus sectores religiosos, en donde las bases más comprometidas socialmente se distanciaron de las más conservadoras que no dudaron en apoyar al candidato ultradederechista Kast. También se refirió a la reciente absolución del bocasureño Ignacio Matus Carrasco[1]. Su caso es un montaje más entre tantos que a la fecha mantienen a miles de presos políticos en la cárcel.

Aunque la ACES no fue incluida en esta edición del libro, para Antonia no fue un problema referirse a su experiencia como secundaria en este proceso que nos entregó diversas condiciones, posibilidades y lazos que se dieron en la calle y no podría haber sido en otro lugar. Lo anterior facilitó por ejemplo, la toma del Instituto Nacional de los Derechos Humanos (INDH) que hasta la fecha mantiene la coordinadora secundaria junto a otras organizaciones como Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular, ante la negligencia del INDH —en particular de su director Sergio Micco y sus consejeros—, organismo que ha jugado un importante y oscuro rol en el manto de impunidad que cubre al actual gobierno.

Por último, Patricio se refirió al espectro de la imaginación política, para lo cual considera el cerco de lo posible fue desplazado. Junto a su compañera Casandra realizó una recopilación de archivo visual en torno a la gráfica.

Hay una manera de relacionarse visualmente en donde se expresa lo que escapa a la lógica textual, un medio fecundo para una relectura de nuestros deseos más íntimos y que buscan integrarse a las grandes demandas estructurales. Conforman un nuevo imaginario que recoge elementos del pasado y los reúne con los que se están fraguando ahora.

Creemos que, en parte, a pesar de sus diferencias territoriales, generacionales y reivindicativas, las presentaciones anteriormente revisadas coinciden en que lo crucial es mantener nuestros sueños, no soltar la calle y revisar nuestras experiencias concienzuda y colectivamente, para que así sigamos creando, parafraseando al Che, dos, muchos borradores, todos los que sean necesarios para transformar el orden social existente.

“18 de octubre: Primer borrador” se encuentra liberado en la web de Quimantú y puede ser descargado aquí: https://www.quimantu.cl/libro/18-de-octubre-primer-borrador/

Por Ignacio Andrés

América Leatina desde Abajo

San Bernardo, Santiago de Chile, 1 de febrero de 2022


[1] Se puede conocer más sobre la vida y obra de Alicia Cáceres aquí: https://revistatejer.cl/fundacion-alicia-caceres-rescatando-su-legado/

[2] El "Acuerdo por la paz social y la nueva constitución" fue por entre aspectos, la imposición de un proceso constituyente y su mecanismo de negociación por parte de los partidos de Chile Vamos y parte de la oposición —excluyendo al PCCh, el PRO, el FRVS, el PH y CS— tras una serie de negociaciones que concluyeron el 15 de noviembre, cuando se anunció la realización del plebiscito mediante una declaración que recibió tal nombre

[3] https://bocasurinforma.cl/2021/12/28/cae-montaje-de-carabineros-de-la-6ta-comisaria-de-san-pedro-de-la-paz-durante-estallido-social-contra-vecino-ignacio-matus-carrasco/