Remembranzas en vísperas de año nuevo
Hablar de Maipú implica referirse a una comuna que la historia oficial nos pinta colmada de hazañas militares, pero que borra la pobreza y la prepotencia de los de arriba, olvidando la organización de los trabajadores del campo y la ciudad, las tomas de terreno, las villas conformadas alrededor de enormes empresas, los pequeños acontecimientos y las grandes personas que hacen de las poblaciones, lugares de aprendizaje solidario*.
El sábado 30 de diciembre se realizó una muestra fotográfica** en el Parque Pelantaro, ubicado en la Villa Lousiana, Maipú. Fue levantada desde el esfuerzo propio de vecinas y vecinos, aquellas grandes personas según lo mencionado arriba, quienes se atrevieron a realizarla en vísperas de año nuevo. Contra todo pronóstico, la emotiva actividad tuvo una alta concurrencia, desarrollándose con una impronta demostrativa del compromiso colectivo adquirido.
Originalmente, la idea venía rondando hace más o menos dos años. Fue en el hogar de Marisol, pobladora de Villa Lousiana, donde se determinó una fecha y hora para su concreción. Sabido era que los encuentros vecinales solían realizarse mayoritariamente con motivo de algún velorio. A partir de esto, era inevitable preguntarse porque no se manifestaba la preocupación y el amor, o se rendían los justos homenajes, en vida. Es en medio de esta reflexión que surge la propuesta de recopilar aquellas fotografías guardadas en álbumes, que más que atesorar retratos familiares, revelaban en algunos casos el dilatado devenir de la comunidad.
Se compilaron 119 fotografías, las que fueron proyectadas en el parque de forma abierta, desde y para la comunidad, abriéndose las puertas de cada hogar, reuniendo a distintas familias, decorando la plaza y haciendo ocupación efectiva de ésta. Asimismo, los aportes para la merienda sobraron. Cabe destacar que fue puesto un lienzo con las siguientes palabras: “memoria”, “trabajo”, “amistad”, “familia”, “diálogo”, “comunidad” y “población”. Tales términos no podrían haber sintetizado mejor el carácter de la instancia acontecida.
De acuerdo con Roland Barthes, una de las particularidades de la fotografía es que ésta reproduce al infinito lo que únicamente ha tenido lugar una sola vez***. En esta ocasión fueron momentos en familia, comilonas, paseos, “pichangas”, navidades, licenciaturas, primeras comuniones y actividades comunitarias, entre otras. Contingencias todas que nunca más podrán repetirse existencialmente, pero que al ser expuestas públicamente, sirvieron para congregar a toda una comunidad en torno a un ejercicio colectivo de memoria, provocando en ésta diversas reacciones, desde constantes risas ante los aspectos infantiles o actitudes que al pasar de los años parecían seguir vigentes, hasta aplausos para quienes ya no se encontraban en vida, pero que se mantenían en los recuerdos de quienes les habían visto crecer.
Para el historiador Sebastián Leiva —quien realizó un Taller de historia local durante el Concurso de Historias Locales “Cuéntanos tu Batalla. Historia, vivencia, recuerdo”, organizado hace algunos años en el sector—, iniciativas como éstas constituyen toda una hazaña, en particular si se consideran los tiempos que corren. A saber, la construcción colectiva tiene un valor en sí mismo, porque ayuda a reagrupar, reanimar y proyectar, aportando frescura a una atmósfera social impregnada de individualismo****.
A partir de esta emocionante jornada y tomando en cuenta lo señalado por Leiva, resulta casi imposible no preguntarse, para quienes nos organizamos, si acaso sabemos siquiera los nombres de quienes han vivido al lado nuestro por tantos años; si promovemos en nuestro barrio encuentros por fuera de los márgenes académicos, organizacionales o por separado de alguna reivindicación política eventual, o yendo un poco más allá, si lo generamos de manera colectiva; si al menos, de vez en cuando demostramos afecto, preocupación u “homenajeamos” merecidamente en vida a quienes acarrean toda una vida de trabajo.
Finalmente, es importante considerar que la Villa Lousiana ha despedido el año con esta muestra fotográfica luego de haber sido parte de otras jornadas, tales como el “Yo me libro cultivando resistencias”, realizado durante mayo, en la 13ª versión de esta feria popular y autogestionada que agrupó a diversos colectivos, vinculados principalmente al ámbito editorial, la cultura y la organización popular, o la “Jornada por la Memoria: Cultivando Resistencias”, que contó por entre otras cosas, con una cicletada que recorrió cinco puntos memoriales de caídos en dictadura, en donde se plantó un árbol e instaló un memorial por Macarena Valdés, además de llevarse a cabo un conversatorio en el Centro Cultural Rayen, ubicado a pasos del Parque Pelantaro.
Todo lo anterior da cuenta de una comunidad que se autorreconoce como tal, y por tanto se valora; que se demuestra viva, cuidando la memoria de su territorio y, análogamente, de las generaciones que la conformaron; que abraza a quienes recién llegan, pero que identificándose con el espacio, heredan su porvenir.
Por Ignacio Andrés
Notas
* Tomado de la presentación de Maipú, las otras batallas, en su segunda edición a cargo de Editorial Quimantú. Un libro que reúne los relatos ganadores del Concurso de Historias Locales “Cuéntanos tu Batalla. Historia, vivencia, recuerdo”, organizado por el Centro Cultural Rayen.
** Las fotografías puestas en el artículo corresponden a parte de la selección realizada para la muestra.
*** La cámara Lúcida. Nota sobre la fotografía. Ediciones Paidós Ibérica, 1990.
**** Maipú, las otras Batallas. Segunda edición a cargo de Editorial Quimantú, 2016.
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