9 ago 2017

Entre la fauna modernóloga y las vanguardias

El viernes pasado, en la Universidad Alberto Hurtado, se realizó la primera jornada del Ciclo de conversatorios rokhianos, organizado por la Fundación de Rokha y auspiciado por el programa Arte y Cultura de la Universidad Alberto Hurtado y RHtaller1. La instancia, titulada “La vanguardia poética chilena de principios del siglo XX”2, estuvo a cargo del Doctor Hugo Bello, catedrático de la misma casa de estudios.

Retrato de Pablo de Rokha por José Romo Vargas, publicado en Multitud

En línea gruesa, Bello entregó algunos pasajes introductorios de la obra del Amigo Piedra3, estrechándola con la de otros autores contemporáneos de América y Europa, así como también situándola históricamente con la concepción de ciertas vanguardias del siglo XX, y señalando  algunos antecedentes históricos de éstas.

Cabe señalar que, para el catedrático, la génesis de la vanguardia del siglo XIX no puede comprenderse sin tomar en cuenta la titánica evolución material de la época, y del mismo modo, la análoga transformación en el mundo de las ideas que remeció tanto a las disciplinas científica, filosófica y estética.

Es así como a partir del siglo XX “la belleza será compulsiva o no será”, según la sentencia de André Bretón en una publicación de la revista francesa Minotaure —de inspiración surrealista—. En ese entonces, las revistas vanguardistas no sólo se sucedían una tras otra en Europa, sino que también lo hacían en América. Tal fue el caso de la revista Cervantes, revista española a la que tuvo un temprano acceso el célebre poeta peruano César Vallejo, quien en su obra Trilce (1922), ilustró la sacudida renovadora de la que la producción latinoamericana en aquel entonces ya era parte.

Trilce, desapercibida en su momento, es un experimento lingüístico de nuevo tipo a toda regla. Uno que supone Bello, ya habría sido sugerido en Los heraldos negros (1919), obra todavía modernista en la que que Vallejo se atrevió a innovar tímidamente.

En su momento Pablo De Rokha, también fue vilipendiado por la crítica literaria, siendo tachado como “criollista” o “naturalista”. Para críticos como Hernán Díaz Arrieta (más conocido por su seudónimo “Alone”), quien alguna vez señaló que siempre esperó un Proust, el Amigo Piedra no hizo sino romper sus esquemas. Y si bien éste último no tardó en crear un estilo particular, en su momento también fue parte de la fauna modernóloga de principios del siglo XX, para cuyo caso la publicación de “Selva lírica”4 es un referente insoslayable. 

Para ilustrar la influencia modernista presente en la primera fase de producción poética rokhiana, fue leído el siguiente fragmento del poema “Soy un hombre casado”:

Mis dolores cuarteladas
tienen un ardor tropical de orangutanes; poeta del Occidente,
tengo los nervios mugrientos de fábricas y de máquinas,
las dactilógrafas de la actividad me desparraman la cara trizada de abatimiento,
y las ciudades enloquecieron mi tristeza
con la figura trepidante y estridente del automóvil:
civiles y municipales,
mis pantalones continúan la raya quebrada del siglo;
semejante a una inmensa oficina de notario,
poblada de aburrimiento,
la tinaja ciega de la voluntad llena de moscas.

Para el catedrático no fue sino años después que, obras como Altazor (1931) de Vicente Huidobro, demostraron la cepa vanguardista que brotaba madura en Chile. Para aquel entonces, Pablo de Rokha ya contaba con la publicación de Satanás (1927), dando inicio su segunda fase de producción rokhiana, de carácter más militante, lo que coincidió con su ingreso al Partido Comunista chileno.

Este último hecho parece haber sido un común denominador para la poesía vanguardista de la época, de modo que diversos autores militaron en algún momento en el Partido Comunista, tal como el anteriormente citado Huidobro o el propio Pablo Neruda, que para 1969 fue designado precandidato para la presidencia de la República por el Partido Comunista5. En su momento  hasta J. L. Borges le dedicaría alguna vez un poema a la Rusia revolucionaria. No obstante, los poetas militantes, como es el caso del cubano Nicolás Guillén, no tardaron en ajustar su lenguaje a lo llano, buscando realizar en su producción el equilibro entre una obra tan accesible al pueblo como mordaz contra sus enemigos.

Ya con la publicación de Fuego negro (1953), De Rokha entró en lo que Bello consideró su tercera y última fase de producción, en donde presentó una pluma más reflexiva y menos musical, esto es, enfocándose más en lo visual que en lo auditivo de la poesía, concibiendo así al poema como una auténtica composición de página.

Como era de esperar, la jornada estuvo lejos de agotar las múltiples lecturas que merece la obra de Pablo de Rokha. Se ajustó más bien, a ser como señala su título, una introducción. Pero el Ciclo de conversatorios rokhianos recién comienza, y el próximo viernes tendrá lugar la ponencia titulada “La influencia de Pablo de Rokha en las letras nacionales”, a cargo del Dr. Naín Nómez Díaz, autor de Pablo de Rokha. Epopeya del Fuego (1995), en el mismo horario y lugar.

Los conversatorios se realizaran todos los dias viernes del mes de Agosto desde las 19:30 
hrs. en la Universidad Alberto Hurtado, sala A - 11.

Notas.

1. 1er Ciclo de Conversatorios Rokhianos en Universidad Alberto Hurtado. Disponible en http://www.elmostrador.cl/cultura/2017/08/04/1er-ciclo-de-conversatorios-rokhianos-en-universidad-alberto-hurtado/

2. Previo a la presentación de Bello, la Fundación Pablo de Rokha presentó un diaporama, de título “El clan de Rokha”. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=iGtC1RU_7BI

3. Cuando Pablo de Rokha, en esa época Carlos Díaz Loyola, estudiaba en el Seminario Conciliar de San Pelayo, sus compañeros lo apodaban el "Amigo Piedra". De este apodo proviene el nombre literario posterior: Pablo de Rokha, el que también estaría apelando al origen del lugar de nacimiento del poeta, ya que Licantén significa en lengua indígena "tierra de hombres de piedra". Fuente: Memoria Chilena

4. Selva lírica, descargable de forma gratuita en  http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-7859.html


5. En el mes de enero del año siguiente se logra la designación de un candidato único de los partidos que integraban la Unidad Popular, siendo éste Salvador Allende.


Por Ignacio Andrés
América Leatina 

1 comentario:

  1. Importantes observaciones unidas a un gran conocimiento de aquella época. El relato del Profesor Hugo Bello me hizo "ver" a todos aquellos poetas, ¡jóvenes!. Muy especialmente, a mi abuelo Pablo, quien apareció frente a mi, muy ágil, lleno de sueños y de genio.
    felicitaciones desde la Fundación de Rokha. Patricia Tagle de Rokha.
    Patricia Tegle de Rokha.

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