El domingo 22 de abril se realizó en Maipú el Primer Encuentro de Bibliotecas Populares. La sede fue el Centro Cultural y Biblioteca Popular Rayen (Pelantaro #2354), que dicho sea de paso, celebra veinte años de su fundación. Durante el encuentro se hizo entrega de una carpeta que contenía un manifiesto sobre las bibliotecas populares y que fue leído durante la jornada. Lo reproducimos a continuación.
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Tras el conversatorio “Qué, porqué y para qué de las bibliotecas populares”, el diálogo se mantuvo durante el almuerzo. Fotografía de Rocío Cabezas. |
BIBLIOTECAS POPULARES
Las Bibliotecas
Populares son
Una realidad parcial
Y un sueño que se
expande
Hacia la vigilia.
Obedecen a intereses culturales locales.
Una brecha socioeconómica de consideración repta entre ricos y pobres; proveedores y
clientes con sus escamas renovadas o travestidas.
Así desde las políticas educativas dictadas para un país empujado
hacia el consumo de su población, se encuentra con la natural resistencia de quienes
defendiendo su histórica condición de asalariados obedece a intereses
culturales locales.
Pueblos con historias propias, a la espera de ser rescatados
de la prisión anecdótica, levantan idearios protagónicos para elevar con ellos,
sus condiciones de vida, desde su particularidad geopolítica bajo el manto de
tiempos afines.
En dialogo directo y colaboración espontánea, condición básica
para el voluntariado que se aleja de proyectos financiados, afirmando que éstos
anulan o merman la voluntad y el compromiso real.
Mientras se prolongan las políticas con calco y copia de
miradas dóciles hacia el primer mundo.
Las Bibliotecas Populares nacen para descubrir las
palabras que expresen el hacer y el
sentir hoy; compartiéndolas de modo presencial o en ediciones lectoras.
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Portada del libro Maipú las otras batallas, que cuenta con los relatos ganadores del concurso de historias locales organizado por el Centro Cultural Rayén durante el año 2014. Publicado por Editorial Quimantú. Ilustración a cargo de Millaray Sanhueza. |
Cultura de mercado (del tener) en disputa con cultura
dialogada (del ser).
Los anaqueles se visten con ropa ajena; siendo éstos
objetos, contienen a nuestros semejantes (Fuera del hombre mismo, lo más
próximo que tenemos es el libro. El libro nuestro semejante. Eduardo Anguita.).
A diferencia de otras bibliotecas con recursos económicos y
respaldo comercial de las editoras, las Bibliotecas Populares poseen un fondo
bibliográfico nacido de la generosidad y conducta social de la comunidad con
sus donaciones voluntarias de material lectivo.
Su participación en diálogos, talleres, cursos, posibilitan
un intercambio con las palabras resucitadas desde los libros a través de sus
lecturas, individuales o colectivas.
Ubicándose al costado de históricas experiencias, como la
editorial Estatal, en Chile de la década 70, que ridiculizaba el carácter
suntuario, en busca de best seller exitosos, para las rentas privadas que hasta
hoy mantienen las editoriales comerciales.
El tiempo; único territorio verdadero.
El tiempo no es
lineal
Si no espiral
Y en un giro
Que va y/o viene
Se aloja
La lectura y el
nutram.
Acceder a la información o crearla, requiere de una persona
lectora que hoy debe comprar para lograrlo, luego su diálogo, interior o compartido,
elaborará el conocimiento.
Superar este obstáculo le brindará un éxito que ayudará en
un sentido o en otro.
Idear variantes para no quedar al margen, será tarea hoy de
las Bibliotecas Populares, en un tiempo oferente y respetuoso, considerando las
mutaciones tecnológicas crecientes; es el tiempo una oportunidad diaria para
progresar, en beneficio y no en desmedro de la humanidad.
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Feria del trueque“Retomando la confianza en el vínculo humano” realizada durante el 2017. Fotografía de Rocío Cabezas. |
¿Seguir modernizándonos, para qué?
Si
modernizarnos equivale a reemplazar páginas por pantallas, sin importar sus
contenidos, obtendremos balbuceos o gemidos ante las imágenes. Lenguajeos en
lugar de diálogos; hechos anticipados por el teatro del absurdo reflejando una
sociedad, víctima de su anomia y soledad. Cada vez más distantes del nutram o
conversatorio de nuestras primeras naciones.
La quitapesares de Sor Juana.
Si una Biblioteca abre sus puertas en un día frío, las primeras en
ingresar serán las personas sin hogar, huyendo del abandono. Luego vendrán
lectores en busca de otro refugio similar. Sor Juana Inés, en el siglo XVII
llamaba “quitapesares” a su Biblioteca.
Esa debe ser la alternativa que ofrezcan las Bibliotecas
Populares, con sus nombres propios y un sentido colectivo.
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Mural de cerámica realizado durante el 2016 en la Biblioteca Popular Rayen. |
Autonomía y autogestión
Dispuestos en círculos dialogantes, los vecinos de ideas, obtendrán un
resultado identitario, facilitándose su quehacer próximo, gestionando sus
planificaciones. Disfrutando del resultado que compartirán y protegerán para su
continuidad.
Fondo bibliográfico
En el hogar de
la maestra Enriqueta Vergara, se vive un momento especial; es el 4 de Noviembre
del año 2006. Está entre el amor de su joven familia. Jubilada y emocionada,
entrega sus libros, compañeros en distintas etapas de su vida, a una Biblioteca
Popular.
Palabras enlazadas, dialogando en un éter común a los
autores, a Enriqueta y a los futuros lectores.
Así se nutre el fondo bibliográfico; donaciones que con
matices, buscan prolongar el bien realizado por personas en sus convicciones
más íntimas.
Recibirlos y trabajar en los procesos técnicos, para
dejarlos dispuestos a las lecturas, es hacer de las Bibliotecas Populares,
parte de una comunidad viva.
Redes de apoyo. (apañes y enredos)
Con una ciudadanía impedida de ejercer soberanía. Sometida como cliente
por parte del estado y sus privatizaciones. Mal tratados como pacientes o
deudores; surgen como diversas respuestas, acomodos expresados en aceptación de
un asistencialismo paternal. O rebeldías, desatadas como autonomías
autogestionadas.
Así crecen, entre vecinos de ideas, las necesarias redes de
apoyo para recuperar soberanía y sostener el derecho a una cultura propia, como
un deber ineludible a garantizar las condiciones básicas para un crecimiento
social; superando restricciones, adicciones, analfabetismos, y prisiones.
Cerco comunicacional que las Bibliotecas Populares con sus
redes, apañes y enredos, disuelven en propuestas genuinas.
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Lecturas en la Biblioteca Popular Rayen. La biblioteca funciona los días lunes, miércoles y viernes a las 20:00 horas. |
Compromiso, trabajo, pertenencia, realización y placer.
Las Bibliotecas
Populares son
Cenizas de libros
quemados
Por quienes
continuaron sus delitos
Con personas
Y hoy, democráticos,
niegan todo
O callan.
Surgidas al margen de una cultura presentada como moda;
capitalista, neoliberal, desregulada, las ideas surgidas y desarrolladas entre
mujeres y hombres trabajadores, padecen amenazas de muerte, cárcel, enfermedad,
compra-venta o seducción en alabanzas falsas que buscan controlar desde su
poder intacto.
Es a esta condición que las Bibliotecas Populares se
presentan ante la comunidad para recibir la variedad de condiciones de sus
integrantes, con propósitos afines y así desarrollar prácticas de compromiso,
trabajo, pertenencia, realización y placer.
(1891-1991)
Gran número de comunas, en Chile, fueron creadas en el año 1891 con una
división administrativa que buscaba restarle poder al presidente Balmaceda, a
sus políticas de nacionalización de recursos y fortalecimiento de la industria
nacional. Esta delimitación establece los límites para la comuna de Maipú, de
características latifundistas. Su desarrollo progresivo, basado en actividades
agropecuarias, deriva en el fortalecimiento industrial y la propiedad sobre la
administración del agua, haciéndola potable en cada nueva construcción.
Sin embargo, su progreso no considera, sino, pasado cien
años para crear una Biblioteca Pública en el año 1991. Con un funcionamiento en
horario inaccesible para estudiantes y trabajadores; esta es otra razón
poderosa que se suma para impulsar vida a las Bibliotecas Populares como
expresión cultural local e indicador de calidad de vida.
Por Segundo Sanhueza
América Leatina desde abajo