5 may 2018

Una realidad parcial

El domingo 22 de abril se realizó en Maipú el Primer Encuentro de Bibliotecas Populares. La sede fue el Centro Cultural y Biblioteca Popular Rayen (Pelantaro #2354), que dicho sea de paso, celebra veinte años de su fundación. Durante el encuentro se hizo entrega de una carpeta que contenía un manifiesto sobre las bibliotecas populares y que fue leído durante la jornada. Lo reproducimos a continuación.

Tras el conversatorio “Qué, porqué y para qué de las bibliotecas populares”, el diálogo se mantuvo durante el almuerzo. Fotografía de Rocío Cabezas.


BIBLIOTECAS POPULARES

Las Bibliotecas Populares son
Una realidad parcial
Y un sueño que se expande
Hacia la vigilia.

Obedecen a intereses culturales locales.
                                                               
Una brecha socioeconómica de consideración  repta entre ricos y pobres; proveedores y clientes con sus escamas renovadas o travestidas.

Así desde las políticas educativas dictadas para un país empujado hacia el consumo de su población, se encuentra con la natural resistencia de quienes defendiendo su histórica condición de asalariados obedece a intereses culturales locales.

Pueblos con historias propias, a la espera de ser rescatados de la prisión anecdótica, levantan idearios protagónicos para elevar con ellos, sus condiciones de vida, desde su particularidad geopolítica bajo el manto de tiempos afines.

En dialogo directo y colaboración espontánea, condición básica para el voluntariado que se aleja de proyectos financiados, afirmando que éstos anulan o merman la voluntad y el compromiso real.

Mientras se prolongan las políticas con calco y copia de miradas dóciles hacia el primer mundo.
Las Bibliotecas Populares nacen para descubrir las palabras  que expresen el hacer y el sentir hoy; compartiéndolas de modo presencial o en ediciones lectoras.

Portada del libro Maipú las otras batallas, que cuenta con los relatos ganadores del concurso de historias locales organizado por el Centro Cultural Rayén durante el año 2014. Publicado por Editorial Quimantú. Ilustración a cargo de Millaray Sanhueza.

Cultura de mercado (del tener) en disputa con cultura dialogada (del ser).

Los anaqueles se visten con ropa ajena; siendo éstos objetos, contienen a nuestros semejantes (Fuera del hombre mismo, lo más próximo que tenemos es el libro. El libro nuestro semejante. Eduardo Anguita.).

A diferencia de otras bibliotecas con recursos económicos y respaldo comercial de las editoras, las Bibliotecas Populares poseen un fondo bibliográfico nacido de la generosidad y conducta social de la comunidad con sus donaciones voluntarias de material lectivo.

Su participación en diálogos, talleres, cursos, posibilitan un intercambio con las palabras resucitadas desde los libros a través de sus lecturas, individuales o colectivas.

Ubicándose al costado de históricas experiencias, como la editorial Estatal, en Chile de la década 70, que ridiculizaba el carácter suntuario, en busca de best seller exitosos, para las rentas privadas que hasta hoy mantienen las editoriales comerciales.

El tiempo; único territorio verdadero.

El tiempo no es lineal
Si no espiral
Y en un giro
Que va y/o viene
Se aloja
La lectura y el nutram.

Acceder a la información o crearla, requiere de una persona lectora que hoy debe comprar para lograrlo, luego su diálogo, interior o compartido, elaborará el conocimiento.

Superar este obstáculo le brindará un éxito que ayudará en un sentido o en otro.

Idear variantes para no quedar al margen, será tarea hoy de las Bibliotecas Populares, en un tiempo oferente y respetuoso, considerando las mutaciones tecnológicas crecientes; es el tiempo una oportunidad diaria para progresar, en beneficio y no en desmedro de la humanidad.

Feria del trueque“Retomando la confianza en el vínculo humano” realizada durante el 2017. Fotografía de Rocío Cabezas.

¿Seguir modernizándonos, para qué?
                                                          
                                                           Si modernizarnos equivale a reemplazar páginas por pantallas, sin importar sus contenidos, obtendremos balbuceos o gemidos ante las imágenes. Lenguajeos en lugar de diálogos; hechos anticipados por el teatro del absurdo reflejando una sociedad, víctima de su anomia y soledad. Cada vez más distantes del nutram o conversatorio de nuestras primeras naciones.

La quitapesares de Sor Juana.

                                                Si una Biblioteca abre sus puertas en un día frío, las primeras en ingresar serán las personas sin hogar, huyendo del abandono. Luego vendrán lectores en busca de otro refugio similar. Sor Juana Inés, en el siglo XVII llamaba “quitapesares” a su Biblioteca.

Esa debe ser la alternativa que ofrezcan las Bibliotecas Populares, con sus nombres propios y un sentido colectivo.

Mural de cerámica realizado durante el 2016 en la Biblioteca Popular Rayen.

Autonomía y autogestión

                                         Dispuestos en círculos dialogantes, los vecinos de ideas, obtendrán un resultado identitario, facilitándose su quehacer próximo, gestionando sus planificaciones. Disfrutando del resultado que compartirán y protegerán para su continuidad.

Fondo bibliográfico

                                 En el hogar de la maestra Enriqueta Vergara, se vive un momento especial; es el 4 de Noviembre del año 2006. Está entre el amor de su joven familia. Jubilada y emocionada, entrega sus libros, compañeros en distintas etapas de su vida, a una Biblioteca Popular.

Palabras enlazadas, dialogando en un éter común a los autores, a Enriqueta y a los futuros lectores.
Así se nutre el fondo bibliográfico; donaciones que con matices, buscan prolongar el bien realizado por personas en sus convicciones más íntimas.

Recibirlos y trabajar en los procesos técnicos, para dejarlos dispuestos a las lecturas, es hacer de las Bibliotecas Populares, parte de una comunidad viva.

Redes de apoyo. (apañes y enredos)

                                                          Con una ciudadanía impedida de ejercer soberanía. Sometida como cliente por parte del estado y sus privatizaciones. Mal tratados como pacientes o deudores; surgen como diversas respuestas, acomodos expresados en aceptación de un asistencialismo paternal. O rebeldías, desatadas como autonomías autogestionadas.

Así crecen, entre vecinos de ideas, las necesarias redes de apoyo para recuperar soberanía y sostener el derecho a una cultura propia, como un deber ineludible a garantizar las condiciones básicas para un crecimiento social; superando restricciones, adicciones, analfabetismos, y prisiones.

Cerco comunicacional que las Bibliotecas Populares con sus redes, apañes y enredos, disuelven en propuestas genuinas.

Lecturas en la Biblioteca Popular Rayen. La biblioteca funciona los días lunes, miércoles y viernes a las 20:00 horas.

Compromiso, trabajo, pertenencia, realización y placer.

Las Bibliotecas Populares son
Cenizas de libros quemados
Por quienes continuaron sus delitos
Con personas
Y hoy, democráticos, niegan todo
O callan.

Surgidas al margen de una cultura presentada como moda; capitalista, neoliberal, desregulada, las ideas surgidas y desarrolladas entre mujeres y hombres trabajadores, padecen amenazas de muerte, cárcel, enfermedad, compra-venta o seducción en alabanzas falsas que buscan controlar desde su poder intacto.

Es a esta condición que las Bibliotecas Populares se presentan ante la comunidad para recibir la variedad de condiciones de sus integrantes, con propósitos afines y así desarrollar prácticas de compromiso, trabajo, pertenencia, realización y placer.

(1891-1991)

                     Gran número de comunas, en Chile, fueron creadas en el año 1891 con una división administrativa que buscaba restarle poder al presidente Balmaceda, a sus políticas de nacionalización de recursos y fortalecimiento de la industria nacional. Esta delimitación establece los límites para la comuna de Maipú, de características latifundistas. Su desarrollo progresivo, basado en actividades agropecuarias, deriva en el fortalecimiento industrial y la propiedad sobre la administración del agua, haciéndola potable en cada nueva construcción.

Sin embargo, su progreso no considera, sino, pasado cien años para crear una Biblioteca Pública en el año 1991. Con un funcionamiento en horario inaccesible para estudiantes y trabajadores; esta es otra razón poderosa que se suma para impulsar vida a las Bibliotecas Populares como expresión cultural local e indicador de calidad de vida.


Por Segundo Sanhueza
América Leatina desde abajo

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