Compartimos la presentación incluida en Antimanual del Mal Historiador o ¿cómo hacer hoy una buena historia crítica?, de Carlos Antonio Aguirre Rojas. La publicación está a cargo de Editorial Quimantú y será lanzada en los “Semilleros de Rebeldía”, cuatro jornadas que tendrán lugar entre Santiago y Valparaíso, permitiéndonos dialogar con el autor mexicano sobre la actualidad del movimiento zapatista y los movimientos antisistémicos de Nuestra América y el mundo. Todo en el marco del cincuentenario de la Revolución Cultural Mundial de 1968.
Portada y diseño: Editorial Quimantú |
Antimanual del Mal Historiador o ¿cómo hacer hoy una buena historia crítica?
Editorial Quimantú no podría existir sin las posibilidades de transformación y de reapropiación que permite el presente, desde las diversas lecturas sobre las cuales se van mozaiqueando los estratos temporales que componen la Historia. Nuestra existencia avienta las voces que nos invitan a dialogar con el conocimiento histórico, sobre todo cuando éste es intencionado, buscando comprender y visualizar la historicidad de las problemáticas que permitieron a diversas mujeres, hombres, indígenas, campesinos/as, obreros/as, pobladores/as, estudiantes, a enfrentarse con las múltiples cabezas de explotación, despojo y muerte de la hydra mundo-capitalista a lo largo y ancho de la serpenteante Historia. Uno de nuestros compromisos va en expandir semillas como libros, que vayan germinando en los abonados territorios nuevas preguntas y nuevas inquietudes; nuevas formas de comprender y de criticar la Historia y sus construcciones desde Abajo.
Desde el último América LeAtina hemos convocado a los Semilleros, espacios de diálogos de saberes que apuntan a germinar inquietudes y preguntas a todas/os las/os que han experienciado estas construcciones colectivas de conocimiento sobre: Historia y Movimientos Sociales/ Antisistémicos, sobre el rol de/la historiador/a y sobre las experiencias históricas desde Abajo. Hemos invitado a varias/os historiadores/as jóvenes, algunas/os publicados aquí mismo, a problematizar las formas de comprender el diálogo presente-pasado. Una de las problemáticas comunes que se han criticado, han apuntado al necesario desAprendizaje de ciertas prácticas de la academia, las cuales traen consigo el desarraigo territorial-popular de los/as historiadores/as con su propia realidad y con el compromiso de transformar el presente, desarrollando una historia académica o pauperizada, con más sentido para las instituciones que para las comunidades, las cuales hecho suya desde hace años atrás, la necesidad de reconstruirse y reconocerse desde una Historia desde Abajo que proyecte las propias memorias comunitarias.
El siguiente libro/herramienta que ofrendamos a los procesos de transformación social, continúa esta trenza de críticas al quehacer historiográfico y la enseñanza/aprendizaje de la Historia, con la cual podemos ir germinando en nuestros territorios nuevas preguntas y críticas que son necesarias a la hora de sumergirse en la densidad del tiempo histórico. El “Antimanual del Mal Historiador o ¿cómo hacer hoy una buena historia crítica”, nuestra tercera publicación de Carlos Aguirre Rojas, es una crítica radical a la estructura disciplinar de los saberes humanos sobre la sociedad, a las falsas disyuntivas que las han alejado cada vez más. Nos invita a reflexionar sobre la Historia en el siglo XXI, invitándonos a reescribirla, desde un modo totalmente diferente, criticando todas las historias y memorias oficiales. Con una clara intencionalidad pedagógica, simplificando las ideas pero sin atentar contra la complejidad del conocimiento histórico, el autor nos lleva por la reconstrucción de las principales corrientes historiográficas del siglo XX, teniendo como principales fundamentos, el análisis de los fundamentos de la Historia Crítica propuesta por Marx y relevando los aportes de la Escuela de los Annales, las nuevas corrientes que nacieron desde ambas influencias post 1968: la Historia Social de la Cultura, la Historia desde Abajo o marxista-británica, la Microhistoria italiana y el Análisis del Sistema-Mundo Capitalista. Desde estas reconstrucciones de las corrientes historiográficas, que permiten comprender las múltiples temporalidades que componen el tiempo histórico, el autor propone de forma radical englobar las disciplinas en una ciencia social que derribe los muros que han delimitado y hecho competir a las ciencias sociales, dialogando solo como ciencias auxiliares. En este sentido, el autor propone una historia global o una Unidisciplina, una ciencia social que englobe las problemáticas multidimensionales que posee y componen la realidad misma, una forma de construcción del conocimiento global.
Nos es imprescindible relevar uno de los 7 pecados capitales del/la mal/a historiador/a: la linealidad del tiempo histórico, con el objetivo de “criticar y deconstruir radicalmente las nociones moderno-burguesas de la temporalidad” como explica Aguirre. Creemos que es necesario explicitar que ésta es una problemática esencial no sólo para historiadores/as, sino también para comprender nuestros propios accionares dentro de las organizaciones sociales de las cuales somos parte: porque la historia nos otorga esa proyección hacia el futuro, desde aquella lectura detallada de las diversas temporalidades que constituyen nuestro presente: esos tiempos económico-sociales que nos enseñan sobre el contexto neoliberal en nuestro territorio; esos otros político-sociales que permiten comprender las continuidades de los gobiernos progresistas que han sostenido un modelo experimental e impuesto por el Imperio; los culturales que nos permiten comprender los cambios que podemos ver en el movimiento mapuche, en el movimiento feminista, en los jóvenes; y los tiempos geográficos que podríamos extender hacia varios siglos atrás y comprender las transformaciones de la apropiación del espacio; tiempos históricos que poseen diversos ritmos, intensidades y duraciones.
Desde la escuela e inclusive en la universidad, una de las principales formas de comprender la Historia es a través de líneas de tiempo, en donde no se logra dar cuenta de la complejidad del tiempo histórico, es decir todo se ve en una línea progresiva, en donde pareciera que todo avance es progreso, por ende éste pareciera ilimitado y en continua expansión ¿es tan simple la Historia y el tiempo histórico? ¿Todo cambio en el tiempo ha traído mejoras? ¿Cómo se ha ido comprendiendo la temporalidad de las propias naciones tradicionales del Abya Yala, desde la historiografía? Aquí, estimamos que hay un espacio fecundo para futuros trabajos sobre Historia, considerando que siempre se ha simplificado la noción del tiempo en las naciones tradicionales, considerándolas sólo circularmente, sin dotarlas de un presente proyectado hacia el futuro, imposibilitando su posibilidad de transformación en el presente, cubriendo el velo a la vez que se profundiza el racismo que quiere seguir negando esas historias de opresión bajo las imposiciones de la hydra-capitalista. La Historia serpentea en círculos y en espirales, el pasado y el futuro están contenidos en el presente, se van retroalimentando continuamente, las semillas del futuro brotan desde el fondo del pasado, el presente preserva o renueva, mantiene o transforma, como dice el Pachakutik andino. Desde esta perspectiva, creemos que es necesaria y urgente esta discusión temporal en nuestros territorios, alimentando las diversas perspectivas desde donde vamos desaprendiendo las prácticas y saberes impuestas por el capitalismo y el colonialismo, sobre todo para develar cómo se ha ido configurado en nuestro presente el enredo de la intersección de las múltiples opresiones: raza, clase y género como diría Angela Davis, para ir avanzando hacia los horizontes emancipatorios.
Le convidamos a perspectivar el tiempo y a sumergirse en las redes temporales de la Historia…
Editorial Quimantú
Junio de 2017
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