29 mar 2017

Reflexiones entre la esperanza y la memoria

En días en donde la prensa oficial se esfuerza más que nunca en delimitar el tiempo y la pauta en la discusión pública, se hace indispensable desarrollar instancias paralelas de reflexión y acción crítica en nuestro quehacer cotidiano. Una de las propuestas al respecto fue el denominado “Acto por la Memoria Rebelde y la Juventud Combativa”, organizado durante el mediodía del 27 de marzo en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, jornada enmarcada dentro del inicio del año académico en dicha casa de estudios.

Afiche de la actividad realizado por los estudiantes organizadores.

Acto por la Memoria Rebelde y la Juventud Combativa

La actividad comenzó  con un pasacalle a cargo del Tinku Yanaparina, agrupación de danza andina que luego de recorrer parte de la universidad haciendo un pregón, dio término a su intervención en el Ágora de la Facultad de Filosofía y Humanidades, en donde se encontraba la primera la Familia Vergara Toledo, lista para dar inicio a su testimonio.

Comenzaría hablando Luisa Toledo, madre de Rafael, Eduardo, Pablo y Ana quién expondría posteriormente— quien relataría cómo la experiencia de lucha en la Población Villa Francia durante la Dictadura se vincularía profundamente con su familia. Entre otros aspectos, plantearía las dificultades que tanto Rafael y Eduardo enfrentaron a la hora de organizarse en la escuela hasta ser finalmente expulsados. Cuestión que no habría hecho más que ampliar el margen con el que colaboraron en la resistencia de la Población hasta caer en una conmemoración a Mauricio Maigret. Su otro hermano, Pablo, sería encontrado muerto junto a Araceli Romo un 5 de noviembre de 1988.

La madre haría énfasis en el hecho de que fueron las mismas Poblaciones las que hicieron tambalear la Dictadura, no así las gestiones de los «socialistas reformados» o los pactos políticos que proyectaban la entrega del gobierno. Para ella sería la propia falta de confianza en las organizaciones territoriales lo que permitió finalmente la Transición Pactada y consigo, la descomposición del mismo tejido social conformado y consolidado en resistencia a la Dictadura

Ella es una de las tantas madres de Chile que no duda en que la justicia no se realizará a través de tribunales, esto considerando como a mediados de febrero de este año la Corte Suprema resolvió la libertad condicional para Francisco Nelson Toledo Puente, el ex suboficial de Carabineros que fue condenado por el homicidio calificado de los hermanos Vergara Toledo y que se encontraba preso en Punta Peuco. Del mismo modo en septiembre del año pasado, la tercera sala del máximo tribunal, le concedió el beneficio de la libertad condicional para Alex Ambler Hinojosa, otro de los carabineros condenados por el asesinato ocurrido en 1985 Villa Francia.1

Posteriormente sería el turno de Manuel Vergara, padre de los hermano Vergara Toledo, quien sin redundar, manifestó al público asistente su esperanza en la juventud para mantener la lucha y transformar la sociedad. Para él los pobres no creen en votos, pues la vida les ha asegurado que no produce más que reformas cosméticas. Haría también un llamado a no preocuparse de defender sólo el hogar y ocuparse únicamente de la familia, sino en cambio, esmerarse en hacerlo por toda la comunidad vecina.

En una reciente entrevista concedida al periódico El Ciudadano, el matrimonio da cuenta como habría arribado a la Población José Cardán en 1962, lugar en el cual seis años más tarde, frente a ellos se comenzaría a levantar lo que hoy se conoce cómo la Villa Francia. En relación a esto, Luisa recordaría “Era una toma. No tenían luz ni agua. Nosotros les pasamos y desde entonces empezamos a ir con los chiquillos a conocer a la gente que llegaba, y de ahí nunca más nos alejamos. Veníamos prácticamente solo a dormir a la casa”. También cuenta “Nosotros, conscientemente, conversamos de criar a los niños de forma diferente, respetarlos como personas, y entonces fueron criados así, con algunos límites, pero libres desde chicos”. “Se criaron en un ambiente democrático. Yo siempre he dicho que en el hogar tiene que haber una democracia, para que los niños tengan una visión de cómo puede ser la relación entre las personas en la sociedad”, añadió Manuel.

Para El Ciudadano, sería la consciencia de los Vergara Toledo lo que les habría permitido moverse en bloque, como un clan, lo que marcó para siempre a Pablo, Eduardo y Rafael, los tres hijos hombres de la familia y quienes vivieron en carne propia la crueldad de la dictadura. Más tarde habría nacido Ana, quien sería la tercera en exponer durante la actividad.

Ella se referiría a la condición actual de Tamara Sol, su hija, y de la realidad carcelaria que ésta ha debido enfrentar desde hace más de tres años luego de haberle disparado al guardia que le quitó la vida a Sebastián Oversluij durante un frustrado asalto a un banco en el año 2013. Ninguna de las dos separa las razones de encarcelamiento entre razones políticas y la simple violación de una ley. Para ambas la cárcel es en sí política. De esta forma relataría el hostigamiento que Tamara ha enfrentado tanto en la cárcel de mujeres de San Joaquín donde sería catalogada como “líder negativa” por Gendarmería  como en la cárcel de mujeres de Valparaíso, en donde habría sido trasladada desde hace algunos meses. Es ahí donde Tamara recién podría comenzar a trabajar, desenvolviéndose en su oficio de quiromasojista, lo cual en ciertos aspectos le serviría para mitigar la prisión.

La jornada sería cerrada con la presentación de Shesho, rapero de la Población Santa Laura (Quilicura), quien con más de tres años de trayectoria presentó canciones tales como “Carta a la familia”, “Mundo ficticio”, “Mi pai$” y “Para algunos”, último tema en donde sería acompañado por su hermano, Pablo, también rapero, quien está pronto a sacar un EP. El dúo de hermanos estará en el Bar Raíces durante el próximo domingo, en una actividad a beneficio de Marcelo Villarroel.

Para los organizadores del “Acto por la Memoria Rebelde y la Juventud Combativa” la historia no es pasado, sino también presente y principalmente futuro. Es a fin de cuentas, constante proyección, o dicho en sus propios términos, la construcción social de la realidad futura.

A modo de cierre, estos señalarían:

El 29 de marzo es más que una cifra roja en la prensa, más que los fuegos artificiales que iluminan las cajas espectaculares en este Chile de papel; es la suma de hombres y mujeres que transitan libres por una ciudad que también les pertenece y la hacen suya. Por sobre el tiempo, sobre el consumo, sobre el miedo al otro. Al fin y al cabo vivimos en tanto cambiamos constantemente lo que somos, cuestión que en el actual proceso de lucha hace que sólo muera quien es olvidado.


En relación al origen y carácter de la conmemoración

En el artículo “El origen e historia del 29 de marzo, Día del Joven Combatiente” la Radio Villa Francia, señala que el origen del “día del joven combatiente” nace de una decisión política del MIR para rescatar la caída en combate de sus jóvenes militantes (Eduardo y Rafael Vergara Toledo, Paulina Aguirre y Mauricio Maigret) y la de todos los jóvenes de diferentes organizaciones revolucionarias que a pesar de su corta edad decidieron enfrentar a la dictadura y entregarse por completo a la defensa de su Pueblo. Pronto la fecha encontró los saludos de solidaridad y fraternidad de otras organizaciones políticas como el FPMR y el MJL, quienes, al igual que el MIR, en su lucha contra la Dictadura y su legado, perdieron a varios jóvenes pertenecientes a sus filas. De este modo el “Día del joven combatiente”, pasó a convertirse en un ritual de lucha y de unidad revolucionaria en donde se ponían en práctica la resistencia: “Evitar que la represión entrara a la población y al sector y demostrar autonomía y el ejercicio del poder popular”.3

Durante el 29 y 30 de marzo de 1985 también serían ejecutados Manuel Guerrero, José Parada y Santiago Nattino, todos militantes del PC, en el denominado "Caso Degollados". 

Según el periódico El Desconcierto, a mediados de los 80’ ya habrían sido asesinados unos 115 menores de edad por la Dictadura. A fines del régimen, los menores de dieciocho años asesinados sumaron 276, según el Informe Rettig4.

Como también señala la Radio Villa Francia, ninguno de los cuatro jóvenes originalmente conmemorados, a los que tristemente con los años se han sumado otros, no lucharon ni dieron su vida porque sí, más bien, entregaron todo por un proyecto, por una sociedad que buscaron hasta el último aliento. Y no fue únicamente la lucha frontal contra el sistema dictatorial el cual lograron, en parte, terminar, sino también por la construcción de una sociedad sin clases y donde no se permita la explotación ni opresión de ninguno por sobre otro.5

Poco tiempo antes de ser acribillada, Paulina Aguirre dejaría entre otros el siguiente poema:

Cuando el dolor, la sangre,
El odio y la muerte son necesarios
Miles de manos se tienden para tomar las armas
Acuérdense ustedes de mí

No hay comentarios.:

Publicar un comentario