20 mar 2017

Trajín en la Población San Martín

Por Ignacio Andrés
América Leatina desde Abajo


En enero de este año el Colectivo Trajín realizó diversos talleres infantiles en la Población San Martín, Recoleta. Entre éstos se encontraron el de Cine y teatro, Construcción Natural, Danza, Huerto, Mapuzungún, Muralismo, Rap, Zancos y Circo, los cuales fueron llevados a cabo  principalmente entre la cancha y plaza de la calle Rawson.

Se trató de un enorme esfuerzo por parte de dicha organización, cuyos orígenes se remontan al 2016, en donde desarrolló ciclos de cine, una biblioteca itinerante y completadas, estas últimas a modo de autogestión para los posteriores talleres de enero, siendo la mayoría de sus integrantes de la misma Población o sus alrededores.

Para Trajín el principal interés es potenciar el vínculo comunitario, compartir y aprender de los saberes populares, fortaleciendo también los lazos afectivos en una sociedad que cada vez parece perderlos más, o inclusive, estar en contra de ellos. Tarea nada fácil que le da el nombre al colectivo, pues el término “trajín”, originario de Latinoamérica, hace referencia a la actividad que lleva mucho trabajo o del mismo modo, un movimiento considerable.

Tales atributos resaltaron durante la realización de los talleres en la Población San Martín, siendo esto un fiel reflejo del carácter cosmopolita de Recoleta. No se puede desconocer que esta es la segunda comuna de Santiago que concentra la mayor cantidad de población migrante, con alrededor de casi veinte mil personas de otra nacionalidad. De esta forma fueron múltiples las jergas, acentos, cosmovisiones y formas de proceder expresadas entre niñas y niños, sin discriminación ni frontera alguna, quedando así demostrado como la única patria es la infancia, como señaló alguna vez el poeta Rainer Maria Rilke.

De esta forma es cómo conseguiría diversos materiales para la realización por cuenta propia. Aunque de esta autogestión también fue parte el mismo barrio, cada vez que compró una pizza, completo, rifa o se aportó con algún material o propuesta propia. No fueron pocas las vecinas que aportaron con comida, materiales, ideas, con sonrisas y diversas muestras de afecto. Por ello se enfatiza que fue la propia comunidad la que bastó para realizar un bien para sí misma. Y lo hizo de manera autónoma. Sin Estado, municipalidad o concejales.

Tras una larga jornada, el 29 de enero se efectuó el cierre de los talleres. Los preparativos comenzaron temprano, de modo que a mediodía la olla común estuvo lista, siendo ésta acompañada por una feria libre en la misma cancha en donde se compartió el almuerzo. Posteriormente se desarrolló el pasacalle en donde el taller de Danza se hizo presente, que se haría de un momento para pasar por la plaza en donde se habló del proceso del taller de Muralismo junto a su mural resultante. Luego se regresó a la cancha, en donde se presentó la película realizada en el taller de Teatro y Cine, para que finalmente, ya entrada la noche, se hiciese entrega de un regalo a quienes de distinta forma participaron de la experiencia y se dieran las emotivas palabras de despedida.

Era cuestión de sólo observar las expresiones para tomar en cuenta de que nadie presente durante el cierre se encontraba inconforme o triste con la experiencia de enero. Todo lo contrario. Parecían intuir que más temprano que tarde se darían otra bienvenida. Quien sabe de qué forma. Quizás sea trajinando algo en la Población cómo se vuelvan a encontrar de nuevo.

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín

Fotografía Colectivo Trajín


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